Todavía recuerdo en que mi Señor me dio mi nombre de sumisa, ignoraba que necesitase uno, en los libros que había leído los Dominantes no ponían nombre a sus sumisas... así que me sorprendí cuando mi Señor me dijo que necesitaba uno, que podía elegirlo yo o sino que él me lo pondría, deseaba que mi Señor fuera el que me diera el nombre y así lo hizo... Eclipse... desde esa noche ese es mi nombre...
La primera vez que mi Señor lo pronunció, se me estremeció todo el cuerpo y deseaba escuchar de sus labios la orden que vendría después... todavía no sabía como complacerle y se me olvidaba que mi placer era suyo, que debía complacerle sobre todas las cosas... a pesar de ello recuerdo que esa noche lo intenté torpemente... deseando que volviera a pronunciar mi nombre y después una nueva orden...
Siempre que lo recuerdo, un escalofrío recorre mi cuerpo y no puedo evitar sonreír, desde ese momento empecé a aceptar un poco más lo que deseo y lo que soy, una sumisa que ansía aprender todo lo que su Señor quiera enseñarle.
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