La habitación estaba a oscuras, me encontraba sobre una cama con sábanas de seda, tenía las piernas abiertas y los tobillos atados a los postes de los pies de la cama, las muñecas las tenía sujetas con unas vendas de seda al cabecero de la cama, estaba completamente desnuda, sólo llevaba una máscara puesta...
De pronto oí un ruido al fondo de la habitación... la puerta se abrió y alguien entró... no podía verle porque la habitación seguía a oscuras... Se acercó a la cama y me acarició con las puntas de lo que parecía un látigo... mis pezones se endurecieron y aprovechó para ponerme unas pinzas en ellos, se acercó me besó y me susurró que le encantaba cómo reaccionaban mis pezones a las caricias... bajó una mano hasta mi coño y empezó a acariciarme... me susurró que era una buena zorra que ya estaba preparada para su Señor...
Se alejó de mi y encendió unas velas a los pies de la cama... pude ver como se desnudaba pero como yo llevaba una máscara... mi Señor me miró y sonriendo me dijo que era preciosa, que le encantaba deleitarse con lo que tenía frente a Él... en ese momento la puerta volvió a abrirse y alguien envuelto en una capa negra y una máscara entró y se sentó en el fondo de la habitación... Mi Señor asintió y susurró que ya era hora de empezar...
Se acercó de nuevo a mi y me metió su polla en la boca, me ordenó estar muy quieta porque quería follarme la boca y no sería precisamente delicado... si quería que parase simplemente tendría que hacer usar el cascabel que estaba depositando en mi mano derecha... asentí y empezó a follarme la boca metiendo su polla cada vez más y más adentro, con cada embestida notaba que me mojaba más y más... como la cama empezaba a empaparse... sabía que con nada que me tocase me llevaría al borde del orgasmo... se dio cuenta y empezó a sobarme las tetas...
Se golpe me sacó la polla de la boca y le pidió a nuestro invitado que le acercase todo lo que había en la mesa... primero le entregó unas bolas todas del mismo tamaño... acarició mi coño y arrastró mi humedad hasta mi culo y poco a poco empezó a introducir las bolas, pude contar 8... con cada una de ellas que entraba estaba más y más cerca del orgasmo... supliqué a mi Señor que permitiera que me corriera pero me dijo que no... que sólo podría correrme cuando Él se corriera...asentí y me contuve como pude...
Nuestro invitado le pasó una fusta... mi Señor acarició mis pezones con ella y siguió bajando hasta mi clítoris donde me dio el primer golpe... me ordenó que le dijera un número entre 1 y 10... dije 3 y me dijo que iba a llevarme 30 más y que debía contar cada uno y darle las gracias por ello... pero antes pidió a nuestro invitado que encendiera la vela que tenía en la mano y que fuera dejando caer pequeñas gotas de cera sobre mis pechos y que fuera bajando poco a poco... que ya le diría cuando debería parar...
Estaba muy excitada el contacto de la cera con mi piel hacía que me estremeciera y cada golpe en le clítoris me llevaba más y más cerca del orgasmo... con cada uno contaba y daba gracias.... aunque más de una vez supliqué casi entre lágrimas para que mi Señor me permitiera correrme... pero volvió a recordarme que sólo podría hacerlo cuando Él se corriera... Al acabar los 30 golpes la cera caía sobre mi barriga y yo no paraba de gemir, mi Señor le dijo que parara y empezó a retirar la cera de mi cuerpo, le dijo a nuestro invitado que soltara mis tobillos...
Cuando acabó de retirar toda la cera me ordenó que me colocara boca abajo y le dijo que continuara con la cera sobre mi espalda... me volví a estremecer... mientras mi Señor aprovechaba para sacar de manera brusca una a una las bolas que tenía en mi culo... con cada una gemía más y más ... al acabar me hundió su polla de golpe en el culo... me folló de manera muy brusca, con mucha rabia... Le pidió que dejara la cera y que volviera a sentase... Mi Señor siguió follándome el culo mientras me azotaba... volvía a estar al borde del orgasmo... Mi Señor salió de mi, me retiró la cera de la espalda y me soltó las muñecas del cabecero, me ordenó que me pusiera en pie y me puso crema en todos los sitios donde la cera había tocado mi cuerpo, luego tomó mi mano y me llevó junto a nuestro invitado...
Me ordenó sentarme sobre sus piernas y a él le dijo que me sostuviera las piernas bien abiertas y lo más arriba que pudiera que iba a follarme y no pararía hasta que se corriera, me subió las piernas y me hizo colocar los pies sobre sus piernas y luego me las abrió todo lo que pudo... mi Señor me penetró con mucha rabia y con cada embestida se volvía más y más brusco... me ordenó que lo mirara porque iba a correrse y quería que me corriera con Él... sus embestidas eran cada vez más bestias y cuando noté que empezaba a correrse hice lo mismo gritando y retorciéndome de placer... Cuando acabó de correrse salió de mi, me ayudó a levantarme y me llevó a la cama, despidió a nuestro invitado, se acercó de nuevo a mi, se tumbó a mi lado y me quedé dormida entre sus brazos...