Hace unos días leyendo en varios blog me encontré con el término Aftercare y me puse a investigar un poco y lo que aquí se expone es el resultado de dicha investigación. Pues parecer ser que much@s nuev@s Dominantes y también sumis@s tienen unas ideas preestablecidas dentro de la práctica del BDSM, suelen coincidir que se trata de realizar sesiones, por lo que ponen todas sus expectativas y esfuerzos en ese momento tan especial y luego... nada, terminada la sesión, terminan los roles y con ello las responsabilidades.
Pero esto es realmente así?? Yo como nueva sumisa admito que nunca he pensado así quizás porque por la información que tenía sabía que las cosas acababan al finalizar una sesión. L@s sumis@s necesitan ser contenid@s y tratad@s afectuosamente luego de acabada una sesión, de hecho tanto más es así cuanto más intensa sea dicha sesión.
Pues bien el Aftercare hace referencia a todas aquellas prácticas, actitudes, cuidados,... que la persona que lleva el rol de Dominante debe tener en cuenta para que quien toma el rol de sumis@ logre estabilizarse física y emocionalmente al finalizar la sesión. El objetivo del Aftercare es dual, por un lado se refiere a las acciones necesarias para llevar a los participantes a un estado en el que estén física y psíquicamente estables y por otro representa la conexión entre quienes participaron y disfrutaron del momento. Es un momento en el que se puede expresa gratitud por compartir el momento, porque no hay Am@ sin sumis@, ni sumis@ sin Am@. Los roles se complementan, se conectan y luego de lograr el goce a través del fruto de dicha conexión, es lógico pagar la entrega con algo de atención, cuidados y cariño.
El BDSM es una práctica, segura, sensata y consensual, donde una de las partes, la sumisa, se entrega a quien lleva adelante el rol de Dominante. Dicha entrega no es gratuita, tiene un coste que, aunque a veces es tácito, no puede ser ignorado. Quien Domina debe dar la talla al cumplir el rol, es cierto, pero así como es responsable de la sesión y tiene plena capacidad de acción durante lo que dure la misma, también tiene la responsabilidad de que el/la sumis@ a su cargo termine el encuentro sintiéndose plen@. Para que esto suceda debe tener en cuenta los cuidados básicos y la contención que su sumis@ debe recibir, los cuales serán acordes a la intensidad de la sesión, pero además es bueno mostrar gratitud hacia aquella persona que se ha puesto a tu disposición para satisfacer con ella tus deseos.
El Aftercare es básico en la planificación de cualquier escena, especialmente las que son intensas, arriesgadas o aquellas en las que los participantes se sumergen profundamente, Llevarlas a cabo es físicamente exigente, emocionalmente agotador, con un montón de giros e improvisaciones, que podrían dejar a un sumis@ aturdid@, frágil vulnerable y expuest@, por lo que se torna fundamental llevar@ nuevamente a la normalidad.
Toda sesión es susceptible de terminar abruptamente, indeseadamente o de manera imprevista, ya sea por un error, la decisión de quien domina, la palabra de seguridad utilizada por el/la sumis@,... En estos casos el Altercare se torna más importante todavía, porque el shock que produce la finalización inesperada de una escena determinada es fuerte tanto para el/la sumis@ como para su Dominante.
Según parece un mal Aftercare o la carencia de él, puede provocar un daño considerable. Podría dejar a un@ sumis@ asquead@, insatisfech@ e incluso con la sensación de haber sido abusad@, utilizad@ sin recibir los cuidados mínimos a cambio de su entrega, arruinando una gran escena, o incluso peor, dañando la confianza que depositó el/la sumis@ en su Dominante; pero si se realiza correctamente puede duplicar el impacto de una buena sesión.
La verdad es que después de mi primera experiencia no tuve la oportunidad de disfrutar de esto e igual el efecto de aquella sesión hubiera sido mucho menor, al menos no me hubiera sentido abandonada y tan mal, con mi Señor tengo mucha suerte porque desde el primer momento después de cada sesión me cuida muchísimo y me hace sentir muy bien me demuestra que se preocupa por mi y por hacerme sentir bien después de todas las emociones que vivo durante nuestras sesiones, me reconforta estar entre sus brazos y saber que mi Señor está ahí siempre que le necesite, y el algo que siempre le voy a agradecer.