Este jueves pasado tuve una nueva sesión con mi Señor y todo empezó con el postre, fresas con nata, uno de mis postres favoritos, a decir verdad...
Mi Señor me quitó la camisa que llevaba y me dejó con la camiseta que llevaba, me vendó los ojos y me ató las manos a la espalda, para luego devolverme a la silla donde estaba sentada, y comenzó a jugar conmigo dándome las fresas, reconozco que esta vez me supieron mejor que nunca, de vez en cuando me encontraba con la grata sorpresa de que lo que me daba a comer no eran fresas sino su polla cubierta de nata, que yo devoraba con muchísimas ganas... aquellas situación me excitaba... hasta cuando empapó su polla en vino e hizo que se la chupara... me encantó poder hacerlo y cada vez mi coño se mojaba más y más...
Después de un rato me llevó a la habitación de al lado... me quitó la camiseta y el sujetador y me ordenó ponerme de cuclillas para chuparle la polla, después de un rato me ordenó que me sentara y me quitó los pantalones y el tanga... dejándome sólo con los tacones que llevaba y comenzó a follarme, poco después mi Señor me ordenó chuparle la polla y como en la última sesión no tuve ningún problema con ello y me sentía muy bien y me excitaba... luego me ordenó que sin dejar de chupar su polla pusiera mi coño en mi boca... cómo me gustó que me ordenara que hiciera eso... porque disfruté el doble, teniendo su polla en mi boca y sintiendo su lengua y sus labios en mi coño... así consiguió llevarme a unos buenos orgasmos...
Luego me llevó a la otra habitación, a donde normalmente tenemos nuestras sesiones y allí me quitó los tacones y me ordenó colocarme de rodillas en posición de humillación, reconozco que esa postura me encanta porque deja mi culo muy expuesto para que mi Señor lo utilice como mejor le plazca... recuerdo que cuanto más excitada estaba menos podía mantenerme en esa postura y mi Señor tenía que empujar mi espalda contra el suelo, con cada azote con la espátula hacía que me mojase más y más, llevándome más cerca del orgasmo, mi Señor sabe siempre cómo llevarme al límite antes de permitir que me corra...
Después me dejó descansar unos minutos antes de que me ordenara chuparle la polla, eso si de nuevo a mi ritmo, de la manera que más cómoda me sintiera y volví a disfrutar de ello, volvía a estar mojada... mi Señor me tumbó en la cama y comenzó a follarme hasta que me corrí y el también se corrió.
Debo decir que en esta sesión estuve justo al límite en cuestión de golpes... si mi Señor llega a seguir pegándome con la espátula hubiera tenido que usar mi palabra de seguridad... pero por suerte no tuve que usarla y así no se echó a perder la sesión... cada vez además me iba sintiendo más y más cómoda haciendo mamadas profundas...
Gracias mi Señor por ayudarme a superar mis miedos...
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