Quizás hoy no sea el mejor día para escribir esto... porque no estoy con muchos ánimos debido al castigo impuesto ayer por mi Señor... pero he de decir que no todo salió mal en esa sesión...
Cuando comenzó la sesión no podía imaginarme que pudiera acabar como lo hizo... mi Señor comenzó acariciándome y quitándome poco a poco la ropa... me puso las manos por detrás de la cabeza y en ese momento me pidió que le contara mi pesadilla... maldita la hora en que pronuncie "No, Señor"... recuerdo que me ordenó inclinarme y me dio unos azotes en el culo... y yo creyendo que ese era mi castigo... que ingenua...
Luego me ordenó desvestirle e intenté poner todo mi empeño en ello, aunque siempre me siento torpe haciendo eso... en cuanto acabé me ordenó que me quitara el tanga pero de espaldas a él y así lo hice... su siguiente orden fue que me pusiera de rodillas y le diera placer y eso hice me arrodillé y comencé a chuparle la polla como sabía que a mi Señor le gustaba, intenté hacerle disfrutar tanto como lo hacía yo teniendo su polla en mi boca, esta vez tuvo menos reparos para agarrarme la cabeza y forzarme a que le chupara la polla con la intensidad que él quería... reconozco que a pesar de que las imágenes de la mala experiencia siguen pareciendo en mi mente... ayer me sentía muy cómoda de hecho que tuviera sus manos en mi cabeza no me asustaba, al contrario me gustaba que las tuviera allí...
Después de un rato me pidió que me pusiera de rodillas a su lado y que volviera a comerle la polla, cuando decidió que era suficiente me colocó sobre sus rodillas y comenzó a azotarme, ordenándome contar cada uno de ellos y así hice, cada vez estaba más caliente, estaba muy excitada... sabía que como siguiera así no tardaría en correrme... pero mi Señor me preguntó si lo quería y le dije que si; pero volvió a decirme que no podía... Reconozco que no sabía cuanto más podría aguantar sin desobedecerle y correrme...
Luego mi Señor me ordenó colocar mis rodillas por encima de sus hombros... así lo hice y empezó a comerme el coño... consiguió que no pudiera para de gemir... notaba que en cualquier momento iba a correrme... la sensación de su lengua en mi clítoris era demasiado buena... me excitaba muchísimo... mi Señor volvió a preguntarme si quería correrme y le dije de nuevo que si... a lo que contestó que no podía hacerlo... y no lo hice... aguanté mis ganas y esperé a que me diera permiso...
Mi Señor me ordenó volver a colocarme de rodillas y esperarle mientras el volvía... unos pocos minutos después volvió y me procedió a atarme las muñecas y los tobillos, es decir mi muñeca izquierda con el tobillo izquierdo y mi muñeca derecha con mi tobillo derecho... era una posición que me dejaba muy expuesta a mi Señor... esto me hizo sentir vulnerable pero me gustó... nunca me había atado así pero hizo que el coño se me mojara mucho más... cuando estuve en la posición que a él le gustaba empezó a follarme hasta que me llevó al extremo de casi correrme... me preguntó si quería correrme y a pesar de decirle que sí... volvió a negármelo...
Después liberó mis muñecas y tobillos y me ordenó bajar hasta la altura de su polla y volver a chupársela... yo necesitaba correrme... no sabía cuánto más podría aguantar... el hecho de chuparle la polla y que él marcase el ritmo con sus manos en mi cabeza conseguía excitarme más y más... pasado un rato me preguntó si quería correrme y volví a decirle que si... entonces me dijo que no iba a tocarme... que si quería correrme tenía que ser sólo chupándole la polla... así que volví a hacerlo y la verdad es que no tardé nada en correrme, además teniendo su polla en mi boca, ya que no me la saqué en ningún momento mientras me corría... fue un orgasmo muy intenso y del que disfruté muchísimo... luego con sus manos volvió ha marcar el ritmo mientras le comía la polla y consiguió que volviera a llegar al orgasmos sin que me tocara y así dos veces más... estaba agotada... nunca hubiera imaginado que sería capaz de obtener tanto placer chupándole la polla a mi Señor como para poder correrme y tener unos orgasmos tan intensos y placenteros...
Después mi Señor me dijo que teníamos que hablar... esto no pintaba nada bien... y el miedo se apoderó de mi, me ordenó acostarme a su lado y apoyar mi cabeza en su pecho y así lo hice, empezó diciéndome que estaba muy contento conmigo por lo que había conseguido, no había sentido miedo cuando el me había puesto las manos en la cabeza y además que me había corrido sin necesidad de que él me tocara... le dí las gracias por ello, me sentía genial por haberlo logrado y no haber sentido miedo, por haber estado agusto y haber disfrutado, parecía que podía estar tranquila... ingenua de mí... ahora venía la peor parte... mi Señor debía castigarme por haberle dicho que No... y su castigo pues como ya puse en otra entrada fue que no iba a correrse... momento en que me puse a llorar y luego estos cuatro días en los que no sabría nada de él... pero que el jueves cuando volviéramos a vernos todo se habría olvidado... no podía parar de llorar...
Una sesión que me había ayudado a poder avanzar... también acababa por hacerme daño por un estúpido error...
Creo que no dejaré de disculparme con mi Señor todos estos días... estoy muy arrepentida por haberle dicho que No... lo siento mi Señor... de veras que lo siento...
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