Ayer mi Señor encontró un hueco en su apretada agenda para que pudiéramos comer juntos y la verdad es que creí que se quedaría en eso en una comida; pero como siempre mi Señor consigue sorprenderme, manteníamos una conversación muy amena como siempre ocurre con él, me pasaría horas y horas hablando con él; pero después de comer empecé a sentirme ansiosa, impaciente, deseaba con todas mis fuerzas que me llevara a la habitación y pudiéramos tener una nueva sesión, aún me hizo esperar un rato manteniendo mi impaciencia, esos momentos son como una tortura... parece que el tiempo avanza muy lento y sólo ansío que mi Señor tome mi mano, pronuncie mi nombre y me lleve a la habitación...
La sesión de ayer fue para seguir ayudándome con el problema de las penetraciones profundas en las mamadas y también para seguir con mi aprendizaje. Otra vez mi Señor me mandó desnudarme frente a él; pero esta vez permitió que me quedara con las botas de tacón alto y los leggins que llevaba, en esta ocasión me costó mucho menos que la anterior, sentir los ojos de mi Señor mirándome mientras lo hacía conseguía excitarme. Me pidió que adoptara la posición de presentación de rodillas con los ojos cerrados para luego acariciarme y detenerse sobretodo en mis pechos, lo que hacía que mi cuerpo se estremecía mientras intentaba mantener correctamente la postura, me tapó los ojos y me ordenó que volviera explorar y disfrutar de su polla y así lo hice sin poder ver nada, guiándome por los instintos poco a poco volví a disfrutar de ella, de su sensación de mi boca y cada vez intentaba que llegara un poco más al fondo, todavía no soy capaz de tenerla entera en mi boca; pero hasta donde consigo metérmela me gusta, disfruto y no me siento nada incómoda, esta vez además mi Señor me ordenó que no podían rozar con mis dientes su polla, si lo hacía lo iría contando y la final me castigaría por ello, reconozco que si esto me lo hubiera dicho unas sesiones atrás los hubiera usado en todo momento para buscar mi castigo y así mi placer; pero en este caso no... quería complacerle e intenté hacerlo lo mejor posible...
Reconozco que me costó un poco que mis dientes no le rozaran pero sólo me hizo falta tener un poco de cuidado, un rato después me quitó el antifaz de los ojos y me dijo a ver qué pasaba ahora que podía ver su polla, yo volví a intentar complacerle, a hacerle disfrutar de la mejor manera que podía, luego me enseñó usando mis tetas la manera de succionar y me preguntó si sería capaz de hacer lo mismo yo, le dije que lo intentaría y en ello me puse, sabía que mal no lo estaba haciendo porque con sus gemidos mi Señor me hacía notar que estaba disfrutando, el problema vino poco después...
Mi Señor viendo que todo iba bien, que me sentía muy cómoda, puso su mano sobre y cabeza... y ahí empezó mi tortura... me puse nerviosa y ya no era capaz de disfrutar como lo estaba haciendo y cuando empujó de mi cabeza sólo un poco... fue mucho peor... como si la garganta se me cerrara... no era capaz de apenas meterme su polla en la boca... él se dio cuenta y dejó de hacerlo... otra vez como en las otras sesiones me sentía mal... es que nunca iba a desaparecer esa sensación??? cómo podía tenerle miedo a la mano de mi Señor si nunca me había lastimado??... sentía ganas de llorar... pero me controlé y no lo hice...
Luego mi Señor me pidió que me quitara el resto de la ropa y me ordenó que me pusiera sobre él a horcajadas, mi Señor sabe que es una postura que me cuesta un poco; pero esta vez intenté poner todo de mi parte y complacer a mi Señor, recuerdo un momento que me sorprendió... mi Señor me pidió que buscara mi placer... no quería que lo complaciera a él?? No no era eso... pero en cuanto lo dijo me dejé llevar... pero como en las últimas sesiones no llegaba a correrme mientras él no me lo ordenara... Aunque en una ocasión en que me ordenó que le pidiera que me dejara correr... además de ordenarme decir que era su puta... bufff .... decir esas palabras hicieron que me hirviera la sangre, estaba más excitada... el orgasmo que vino después de eso fue sencillamente increíble...
Después de un rato follándome el coño, mi Señor decidió que quería mi culo y yo se lo di todo, reconozco que me encanta sentir toda su polla dentro de mi culo, consigue que mi coño se moje mucho y cuando me folla así consigo tener unos orgasmos muy intensos... y como no podía ser de otra manera volvió a llevarme a uno de ellos...
Luego me dijo que quería correrse en mi culo y me ordenó ponerme a cuatro patas y volvió a follármelo... estaba deseosa de que se corriera dentro de él... hizo que le pidiera que lo hiciera y cómo me gustó, me encantó pedirle que lo hiciera... también me ordenó que sólo podría correrme cuando él lo hiciera y como una buena perra y una buena puta así lo hice.
Fue una sesión muy buena y en la que de nuevo volvió a conseguir que experimentara nuevas sensaciones y llevándome a sentir unos orgasmos muy intensos.
Gracias mi Señor por ello y por toda la paciencia que tienes con mis problemas.
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