Mi Señor después de la sesión que tuvimos este jueves pasado me pidió dos entradas en el blog, una que ya he escrito, cómo me sentía cuando tuve que pedir ser Eclipse y la otra, la diferencia entre cómo me sentía cuando teníamos sesiones como la del martes en la que luego cada uno volvía a sus vidas y la del jueves en la que me acostaba a su lado y pasábamos la noche juntos... para al día siguiente volver a tener una nueva sesión...
A parte de lo evidente, que o bien cada uno volvía a su vida en la que él dejaba de ser mi Señor y yo su sumisa o pasaba la noche durmiendo a su lado, la diferencia radica en cómo me siento yo después de cada una de ellas, digamos que en las sesiones como en la del martes, Eclipse pasa a un segundo plano después de la sesión, mi parte sumisa deja de estar presente y soy la que todo el mundo ve a diario, una mujer a la que le gusta tener el control de las cosas, que le gusta que se hagan las cosas como ella quiera, digamos que después de esas sesiones no me cuesta nada volver a ser yo misma y dejar a la sumisa encerrada hasta la próxima sesión...
Cuando las sesiones son como las de cada jueves, la sensación es distinta... Eclipse es la que duerme al lado de su Señor, y es la que se despierta a su lado. Después de esas sesiones Eclipse se siente más vulnerable y necesita a su Señor a su lado, el hecho de poder dormir abrazada a él, saber que si tiene una mala noche él estará a su lado para reconfortarla, hace que se sienta protegida y más tranquila, lo curioso es que no quiere dormir... aunque acabe agotada y sin fuerzas... Eclipse siempre está dispuesta a volver a complacer a su Señor... sólo desea que llegue la mañana para que su señor la tome como más le apetezca...
En esos momentos Eclipse se queda hasta que sale de la casa de su Señor... no quiere dejar que la mujer que soy fuera de ahí se imponga.... y por qué?? pues porque ahora que he aceptado esa parte de mi que representa Eclipse quiero poder disfrutar de ella todo el tiempo que sea posible, el algo que he reprimido durante mucho tiempo y no quiero que vuelva a quedarse encerrada y no sea capaz de volver a sentirme así... Eclipse es parte de mi y una parte que me gusta y de la que disfruto y después de esas sesiones en las que me quedo con mi Señor, puedo seguir disfrutando de ella, porque me siento muy bien pudiendo complacer a mi Señor, viendo que se siente orgulloso de la sumisa en la que poco a poco me estoy transformando...
Cada sesión para mi es única... de cada una de ellas guardo un recuerdo especial... pero no lo son menos los momentos en que acostados en su cama me abraza o yo a él... esos momentos me hacen sentir casi tan bien como las sesiones... pero también me gustaría aclarar que no es porque esté enamorada de mi Señor, ni mucho menos, le tengo mucho cariño y aprecio; pero no es amor...
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